Pero quiero seguir con esto, así que ahora me estoy poniendo
a hacerlo.
A pesar de filmar a un ritmo de dos días por semana y con
muchas jornadas de apenas cuatro horas, ya tenemos algo más de un tercio de la
película en sólo seis días de rodaje.
Lo primero que llama la atención es el poco equipamiento que
hace falta hoy para hacer una película. Una cámara de fotos, un buen micrófono
y un grabador digital de audio. Con eso ya se puede filmar. Si uno quiere algo
más complicado tiene que ir sumando cosas, claro, pero con eso ya se puede.
En los primeros días me ayudaron mi sobrino Joaquín en
sonido y su novia Romina, ayudando a la siempre presente maquilladora,
vestuarista y cocinera Jesica, mi mujer. Un filmación con comida casera pone a
todos de un ánimo excepcional. También estuvo esos días Lucas Turturro como
“asistente todoterreno” o sea que hacía la tareas de asistente de dirección,
gaffer y foquista. Por supuesto un tipo como Lucas (director él mismo del
documental Un rey para la Patagonia) puede cubrir todos esos puestos a la
perfección.
La primera jornada fue diurna, ya que yo quiero filmar lo
más posible en orden de guión y la acción empieza de día, con la llegada del
personaje de Benjamín a su nuevo departamento. Filmamos un par de situaciones
en la puerta de entrada del edificio donde vivo y a pesar de que el equipo es
más que discreto y de que era un día feriado, empezó a armarse un cierto
revuelo. Gente que entraba y se encontraba cara a cara con la filmación y con
Benjamín Rojas en la puerta de su casa. En cierto momento bajó una vecina del
ascensor y lo encaró directamente a Benjamín, diciéndole:
Benja, tras unos instantes de incredulidad, le dijo que Talo
Silveyra era Martínez, pero que había quedado así tras sufrir un accidente. La
vecina se fue algo molesta de ser tomada para la chacota, convencida de que su
hija se había equivocado y sin reconocer a Benjamín.
Ese mismo día fue mi propio debut cinematográfico como
actor. Así es. A pedido del público (?) encaré un complejísimo personaje con un
atormentado y tempestuoso pasado en una composición arriesgada y profunda. Un
agente inmobiliario que aparece menos de un minuto. Estuvo divertido. De eso se
trata este proyecto al fin y al cabo.
Después de eso vinieron varias jornadas nocturnas con sus propios problemas, pero bueno, hasta acá llega esta entrada en el diario (o semanario) de rodaje de La Noche del Chihuahua.