En primer lugar se sumó al elenco Inés Palombo, así que como
me dijo mi esposa “Tenés a la rubia y a la morocha”.
Y en segundo lugar tuvimos un breve rodaje que sirvió y
servirá para muchas cosas. No filmé escenas para que sean parte de la película
sino para mostrar cómo va a ser la película. Esto ya lo había hecho en su
momento con Fantasma de Buenos Aires , a pedido de la Universidad del cine, y
filmé entonces lo que llamamos el “Demo”. (acá lo pueden ver)
En ese momento me sirvió para replantear varias cosas:
1- Canaveri
no podía tener bigote postizo.
2- La
calle Florida no se podía filmar desde lejos usando teleobjetivo, sino cerca del
personaje usando un lente angular.
3- El
encuentro onírico entre Canaveri y Tomás quedaba pobre si era en un gran lugar
negro y vacío.
4- El
chiste del cajero automático no funcionaba.
La idea principal es que forme parte del video de
presentación para el pedido de financiamiento colectivo, o crowdfunding, que me
va a permitir reunir algunos fondos que necesito para la película, pero de paso
se pone a prueba todo el sistema de producción que el proyecto trae desde el
mismo guión. Es decir, filmar casi todo en el mismo lugar con un planteo super
simple de luz y arte, y con un equipo técnico reducido al mínimo.
Creo que la prueba fue totalmente exitosa. Hicimos 14
puestas de cámara en 5 horas (o sea muchas) con una parada para comer pizza en
el medio y todo. Pero tengo que reconocer que aunque yo quería encargarme
también de la fotografía y la cámara, para tener una relación más cercana con
el material, algo así como la que tiene un pintor con su tela, se me fue un
poco la mano en lo reducido del equipo. Tener que pedirle a los actores que
hagan sonido porque mi mujer estaba maquillando a otro fue demasiado. De tan mínimo
que fue el equipo, me terminé sintiendo un poco solo. Necesito nada más incorporar
dos personas, con eso vamos a andar como un tiro.
Un capítulo aparte merece la cámara Canon 7d que me prestó
mi amigo Hernán Vinci. Es algo increíble la calidad de imagen que se logra con
pocos recursos. No soy el descubridor de América por decir esto, pero esta
generación de cámaras vino a patear definitivamente el tablero de la producción
de cine. Hace muy poco tiempo, incluso cuando filmé Fantasma de Buenos Aires,
las cámaras HD eran caras y complicadas. Hoy es asombrosa la facilidad con que
se genera y procesa el material.
Volviendo a la noche de rodaje, lo que también salió como yo
quería es que la jornada tuvo un clima amistoso y relajado, nos reímos mucho y
trabajamos bien.
Fue un lujo volver a encontrarme en un set con Talo Silveyra
e Iván Espeche, un gusto breve pero prometedor la experiencia con Josefina
Silveyra e Inés Palombo y genial trabajar con Benjamín Rojas, que mostró su
increíble experiencia, capacidad y buena onda (si, él también hizo de
sonidista).
Así que si todo sale bien empezaremos dentro de un mes o
algo así el rodaje oficial de la peli. No puedo creer lo rápido que fue todo
esto, considerando que Fantasma de Buenos Aires llevó 11 años desde el primer
guión hasta el estreno, posiblemente que La Noche del Chihuahua lleve menos de
un año. Notable.